Las socimis (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario) tienen su origen en España a finales de 2009, con la Ley 11/2009, pero no fue hasta 2013, con la modificación de la ley original y la Ley 16/2012, cuando nacieron las primeras socimis.
Son un vehículo de inversión relativamente nuevo en España, a diferencia de otros mercados internacionales en los que ya existían bajo el nombre de REITs (Real Estate Investment Trusts). Fue en el año 1960 cuando el Congreso de los Estados Unidos aprobó estos instrumentos para que los pequeños inversores pudieran invertir en el sector inmobiliario. Ya en los años 90, estos vehículos se popularizaron y empezaron a crecer a nivel internacional.
Las socimis son el resultado de adaptar la normativa europea aplicable a los REITs al mercado español, cuyo objetivo es la inversión en activos inmobiliarios para su alquiler. Además de las numerosas ventajas que ofrecen a los inversores -privados e institucionales- (rentabilidad, acceso a la inversión inmobiliaria, liquidez, diversificación, gestión profesional, fiscalidad, etc.), las socimis funcionan como vehículos dinamizadores tanto del sector inmobiliario como de la economía en general, generando empleo, gestionando de forma eficiente el patrimonio inmobiliario y poniendo en valor los activos.